Encontrar lo que quiero, pero ¿Qué quiero?
- Admin
- 20 jul 2019
- 2 Min. de lectura
Cuando una relación termina duelen hasta los huesos, duele el perder a alguien con el que construiste algo que pensaste que era tan fuerte y posiblemente eterno, pero no fue así.
Pero... ¿qué pasa cuando te sientes “preparada” para comenzar de nuevo?, para lanzarte a la vida, a los amores, a los mil prejuicios, a las 20 o 50 camas por encamar pero nada te queda, ninguno te llena, ninguno te gusta, ninguno te hace sentir como tú te quieres sentir, ninguno es capaz de recorrer tu cuerpo con la sutileza y salvajismo que tu deseas obtener mientras llena tu mente de conocimiento y tu estomago de mariposas.
¿Qué hacer?, ¿Aparentar orgasmos?, ¿Aparentar interés?, aparentar algo que no sentimos por el simple hecho que no nos interesa conocer a alguien más porque ya haz conocido a los miles que has querido y haz confirmado lo básico que pueden llegar a ser, lo mentirosos y estúpidos que son, lo iguales y ridículos al momento de aparentar ser interesantes o ser diferentes al resto, cuando en realidad son completamente iguales, el mismo veneno en diferente frasco.
Los prototipos de hombre que generamos en nuestra mente son tan potentes que nos cegamos en eso y no nos abrimos a conocer a otros y pasa que cuando encontramos a ese “hombre” que queremos, no era lo que pensábamos, no era lo que queríamos y nos damos cuenta de que nos engañamos durante meses esperando al típico hombre “decente, divertido, atractivo, preocupado, cariñoso, tierno, agradable, decente” etc.
Cualidades que suponemos son “básicas” para cualquier ser humano pero no todos las poseen. Pero cuando las encontramos todas y aún más en una sola persona corremos… ¿porque será? ¿Por qué huir de lo que anhelábamos? , ¿Miedo?, miedo a salir dañadas y tan partidas que solo disfrutamos de una a dos semanas de intensas charlas con el “sujeto” en cuestión y luego salimos corriendo, por que nos caga, nos caga que sean “perfectos” que sean “buenos” por qué el ex que nos mató también lo era al principio, porque todos lo son al comienzo pero con el pasar de los días demuestran lo que en realidad son; unos básicos, inconsecuentes que solo piensan en su satisfacción personas al igual que el interés propio.
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